De los pacientes que se operan, entre el 10 y el 50 % sufren el denominado síndrome de cirugía fallida de columna. En estos pacientes el dolor persiste tras la intervención o no se resuelve del todo, e incluso en algunos casos poco frecuentes, se agrava; Las causas de estos “fracasos” en la cirugía no suelen ser errores quirúrgicos, sino una mala evolución del proceso de recuperación que puede ocasionar fibrosis en el canal medular (la causa más habitual), reaparición de las hernias discales, etc. La tasa de éxito en una segunda intervención quirúrgica se reduce al 30 % y al 15 % en una tercera.
Existen multitud de tratamientos aplicados en las Unidades del Dolor que pueden resolver estos casos.
El más novedoso de todos es la epiduroscopia, que consiste en introducir una cámara de pocos milímetros en el canal medular para diagnosticar y tratar la fibrosis postquirúrgica que atrapa las raíces nerviosas.
Esta técnica se realiza de forma ambulatoria y con el paciente ligeramente sedado. Con esta técnica se puede resolver, de forma definitiva, el dolor en al menos el 40% de los pacientes con dolor severo y que no respondían a ninguno de los tratamientos conocidos hasta la fecha.