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Colecistectomía Laparoscópica

Colecistectomía Laparoscópica

Atropatia Facetaria

Es la extirpación de la vesícula biliar utilizando una cámara de vídeo y un material especial que permite realizar la intervención mediante unas incisiones muy pequeñas, sin abrir el abdomen.

La realización de incisiones muy pequeñas no solo tiene ventajas estéticas, además se reducen las infecciones postoperatorias y disminuye el dolor postoperatorio. Como consecuencia de ello, es menor el periodo de ayuno, el de encamamiento, el tiempo de ingreso hospitalario y el tiempo de baja laboral. También se reduce el riesgo de hernias en las incisiones al ser éstas más pequeñas.

Por el contrario, el abordaje laparoscópico supone un discreto aumento en el número de lesiones de los conductos biliares, a lo que el cirujano deberá prestar especial atención.

La existencia de intervenciones abdominales (especialmente en la zona de la vesícula) y la inflamación de la vesícula (colecistitis) son las dos causas que con más frecuencia impiden que la colecistectomía se pueda realizar por vía laparoscópica. Otras veces, una intervención iniciada por laparoscopia es necesario concluirla con un abordaje convencional, en lo que los cirujanos llamamos conversión, sin que esto deba ser entendido como una complicación.
Un laparoscopio es un tubo fino y largo que se inserta en el abdomen y permite visualizar los órganos abdominales con una cámara de vídeo.

Habitualmente, la cirugía laparoscópica da lugar a una estancia hospitalaria más breve que la tradicional.

Dado que las incisiones relacionadas con la laparoscopia son muy pequeñas, el dolor que se asocia con el procedimiento es menor y el restablecimiento suele ser más rápido.