El dolor fantasma es el dolor que se siente que viene de una parte del cuerpo que ya no está ahí. Los médicos antes creían que este fenómeno tras a una amputación era un problema psicológico, pero los expertos ahora reconocen que estas sensaciones reales se originan en la médula espinal y en el cerebro.
- Dolor en la extremidad aunque físicamente ya no se encuentre ahí.
- Hormigueo.
- Pinchazos.
- Entumecimiento.
- Calor o frío.
- Como si los dedos de las manos o de los pies se estuvieran moviendo.
- Como si la extremidad faltante aún estuviera ahí, o como si estuviera en una posición extraña.
- Como si la extremidad faltante se estuviera acortando (invaginación).
La causa exacta del dolor fantasma no es clara, pero parece originarse en la médula espinal y en el cerebro. Durante las exploraciones por imágenes, como la imagen de resonancia magnética (RM) o la tomografía por emisión de positrones (TEP), las partes del cerebro que habían estado neurológicamente conectadas a los nervios del miembro amputado muestran actividad cuando la persona siente dolor fantasma.
Muchos expertos consideran que el dolor fantasma puede al menos explicarse parcialmente como una respuesta a las señales mezcladas del cerebro. Luego de una amputación, las zonas de la médula espinal y del cerebro pierden las señales provenientes del miembro ausente y se ajustan a esta separación de maneras que no pueden predecirse. El resultado puede desencadenar el mensaje más básico del cuerpo para cuando algo no está bien: dolor.
Se cree que una cantidad de otros factores también contribuyen al dolor fantasma, como el daño a las terminales nerviosas, el tejido cicatricial en la zona de la amputación y la clásica memoria del dolor de la zona afectada previa a la amputación.